Enamorada del Viento

Cuando hice mis practicas como maestra me mandaron a un lugar precioso.
Es una pequeña, muy pequeña aldea llamada Agua Dulce que está como a 15 minutos de mi casa en bus.
Es un lugar muy campestre, lleno de árboles y tenía un rinconcito que me parecía un encanto.

Soliamos ir con mis alumnos una vez a la semana. Saliamos de la escuela y nos ibamos caminando por un camino de tierra que era el que conducía a ese lugarcito especial. Nos metiamos entre cercos y montones de arbustos, pero al final valía la pena.

Alli, medio escondido estaba ese pequeño espacio de grama verde y suave rodeando aquel pequeño riachuelo lleno de plantas acuaticas. Se veía precioso!! en la orilla en ciertos lugares crecian cartuchos blancos y mis alumnos siempre cortaban algunos para mi.

Yo me sentaba alli a la orilla del riachuelo rodeada por mis alumnas que eran mas o menos 10, el resto eran hombres. En total eran como 35 niños.
Las niñas se sentaban a mi alrededor y platicabamos largo rato, a veces contabamos historias, otras simplemente les explicaba algunas cosas de la vida, o solamente compartiamos alguna experiencia reciente. Mientras tanto los niños se dedicaban a jugar futbol. Cuando se cansaban llegaban a sentarse a platicar con nosotras.

Una vez yo vi en un programa un guiso elaborado con huevecillos de hormiga y como por alli vimos varios hormigueros enormes, pues les dije que me iria a conseguir algunos huevitos por que se me habia antojado esa comida.
Los niños se ofrecieron a ayudarme y alli andabamos todo el grupo cazando huevos de hormiga con unos palos y unas hojas. Al final las hormigas se encargaban de rescatar todos sus huevos y aparte nos daban cada piquetazo!!

Nos divertiamos mucho, yo tenia 18 años y la verdad me la pasaba muy bien con ellos, quienes en ese tiempo eran unos niños de tercer grado, mas o menos de 9 y 10 años.

Fueron unos meses muy especiales. Tres años despues, cuando ellos terminaron la primaria, me llegó una invitación para que yo fuera la madrina de su grupo.
Por supuesto que fui encantada. Las personas de esa aldea se portaron conmigo de maravilla el tiempo que estuve alli.
Conocía yo a casi todos los miembros de aquella comunidad.

Me decían que tuviera cuidado, pues no fuera que me robaran. Y es que en ese lugar asi se acostumbraba. Si a algun muchacho le gustaba una señorita pues llegaba y con la ayuda de sus amigos se la robaba, una especie de secuestro, y pues... despues de eso las chicas se quedaban viviendo con el lo quisieran o no por que se sentían tan desprestigiadas y ademas sabian que despues de esa experiencia no encontrarian otro marido, asi que se resignaban y se quedaban alli.

Era una de las cosas que me enojaban mucho del lugar y de las que luche por que mis alumnas no pasaran. Les llene la cabeza de ideas revolucionarias que a muchas les sirvieron.

En fin. Esta semana vino una de mis niñas a invitarme a su boda. Se casa este mes y me pidió que fuera su madrina de boda. Acepté encantada, aparte de que la quiero muchisimo, pues ella era una de las que mas tocó mi corazón en aquellos meses, me muero de ganas de regresar a aquella aldea y saludar de nuevo a todos y compartir un rato con ellos.

Se casa mi Nancy!! No se si pensar que las niñas se estan casando demasiado jovenes o es que en realidad debo empezar a sentirme vieja.... mmmmm.... naaaaa, (viejas las estrellas y todavia brillan) Ja ja ja.