viernes, 27 de junio de 2008

Dientes de leche


Ya habían pasado poco menos de seis años alli, justo en ese lugar, y no daban señales de querer moverse de la encía de mi hija Dulce. Pero hace un par de meses sucedió.
Dos dientes flojos.
Si, recuerdo que cuando yo era niña, fue toda una gran experiencia para mi (aunque mi mama dice que lloró cuando se me cayó mi primer diente) el sentir los dientes moviendose al contacto con mi lengua era fantastico. No podia dejarlos quietos ni un segundo. Era al mismo tiempo la incertidumbre de que se sentiría cunado se callera ese diente flojo.
No pude resistir mucho tiempo. Lo movia día y noche hasta que al fin, se cayó.
El sabor de la sangre fue lo mas desagradable, y ademas se sentia raro el agujerito, pero estaba bien, no había sido tan malo. Ademas, esa sensación de arrancarlo, fue tan intensa, que valía la pena cualquier cosa que pasara despues.
Ah y olvidaba que para cerrar con broche de oro, todos en mi familia me dieron el sabio consejo de meterlo bajo mi almohada y al dia siguiente tendria una sorpresa.

Lo metí bajo la almohada y me acosté sin poder dormir. Al fin me venció el sueño y me quede bien dormida acariciando el espacio donde estaba mi diente con la lengua.
Pero a media noche reaccioné, había algo importante que no me podía perder. Levanté mi almohada y busqué el dinero. No lo encontraba, movia todo, me tope con un pequeño objeto cuadrado. Pense que era una ficha de dominó, un lego o algun otro juguetito y lo aventé. Siempre exploraba en la oscuridad, (recuerdan los bananos podridos?)

Nada, no habia nada. Me enojé un poco y me resigné a esperar el día.
Volví a dormirme. Al despertar busqué de nuevo y aun no había nada. Eso empezaba a molestarme. Busque en el suelo y me topé con el objeto cuadradito que aventé en la noche. Lo vi con mas atención. No era un juguete, era una cajita y adentro había "UN ANILLO" Un anillo dorado de piedra roja.
A quien le importaba el dinero??? Para una niña de casi seis años que nunca había tenido uno y siempre lo había deseado al ver los de su tía soltera era todo un motivo de alegría.
Me lo puse y me fui muy feliz a la escuela.

La experiencia de arrancarme los dientes era maravillosa, aunque solo el primero obtuvo obsequio, pero me encantaba sentir lo que sentia al mover los dientes. Los que aun no estaban flojos, los movia y los movia hasta que se aflojaban y luego en un verdadero derroche de masoquismo, metía mi uña en la orilla que apenas se levantaba y de un tirón fuerte lo arrancaba.
Ahhh, salía el diente junto con un torrente de lagrimas, pero ni un solo quejido. Era un dolor agradable. (si, ya lo se, estoy re loca, desde niña, jajaja)

Cuando los dientes de leche se me acabaron (incluyendo las muelas) me senti muy triste de no tener mas para arrancar.
Pero... no fue tanto problema, aun me quedaban los de mis hermanos y mis primos, que por la buena o por la mala tuvieron que resignarse a perder los dientes en mis dedos de niña mayor. Y lo mejor era que a mi no me dolía, jiji.

Y luego les llegó el turno a mis hijas. Solo que ellas solo me permitieron a regañadientes quitarles el primero. Abby, que resultó tan masoquista como yo, no podia dejar que le quitara a ella misma el placer de arrancar sus propios dientes, y me pareció justo. Susan, que no tiene gota de masoquismo, despues de que le quité el primero me prohibió terminantemente que le tocara un diente mas, y espero a que se calleran solitos.

Y Despues de ya algunos años, le llegó el turno a Dulce.
Dos dientes flojos al mismo tiempo. Abby y yo moríamos de ganas por arrancarselos, pero ella no se dejaba. Con una encantadora sonrisa cerraba la boca y no la abría por nada del mundo.
Abby se enojó muchas veces conmigo por que a ellas si les habia quitado el primer diente, pero ahora ya soy mas madura (????) y me daba mucha ternura verle su sonrisa de niña buena diciendo que no se lo quitara, asi que no lo hice, pero me moría deganas al ver el diente mas flojo cada día.

Hace un par de días estaba Dulce jugando con susan un juego de manitas, y accidentalmente, Susan, la que no tenia intencion de arrancar dientes, se lo botó por accidente.

_"¡QUE ASCO; LE ARRANQUÉ EL DIENTE!!!!"

Gritó de pronto y Abby y yo corrimos a ver. Fue divertidisimo verla Sholca (desdentada pues) fui por la camara y le tome unas fotos.

Y ese fue el final del diente de leche que nunca se dejó arrancar por las que realmente deseabamos hacerlo.
No lloré, fue alegre.
Me encantó ver como le salieron cuando era bebé, como su encilla suave y delgadita se iba poniendo gruesa, como se rascaba con sus deditos y con todo lo que pudiera por la molestia que le ocacionaba, me encantó sentir en las bocas de mis tres hijas ese puntito minusculo y duro que crecia y crecia y ver su sonrisa con un diente fue genial. y ahora me emocioné de poder estar alli cuando se le cayó el primero. Cambiamos de étapa, es todo, todas las étapas han sido buenas, han tenido encanto. Luego empezaran a ser señoritas y lo disfrutaremos igual. Se que tendra sus complicaciones, pero no me lo perdería por nada del mundo.

1 Comment:

  1. FENIX said...
    Pues vaya que si eras masoquista, mira que arrancarte los dientes... y que pasó con el anillo ? lo tendrás aún como recuerdo ?

    abrazos.

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