miércoles, 22 de septiembre de 2010


Durante casi 4 años este blog me permitió compartir desde lo profundo de mi corazón muchas cosas.
Historias de mi vida, ideas medio locas, sentimientos, anécdotas sobre personas especiales, sobre todo, de dos de esas personas especiales.
Dos hombres a los que ame con todas mis fuerzas y que me dieron grandes lecciones de vida. Dos instructores de vuelo llenos de convicción, vocación y un gran talento.

Dos amores intensos que al final, se alejaron ambos de mi vida, no sin antes sembrar en lo profundo de mi ser cosas tan valiosas que atesorare por siempre y espero con todas mis fuerzas haber retribuido aunque sea en mínima parte a sus vidas algo que también hayan podido considerar valioso. Mi papa y Victor.

Esta tarde me pareció adecuado soltar el ancla y dejar marchar este blog, con todo lo que contiene.
He pasado por grandes desiertos, aunque muchos no lo hayan siquiera notado, pero dentro de mi alma puedo sentir un viento fresco que se acerca, un viento nuevo soplando para mi y no puedo dejar mi corazón anclado aquí para siempre.

Es hora de un nuevo inicio, pero no encima de esta historia, esta mi historia que ha sido parte de una etapa muy intensa de mi vida, es hora de dejar ir los viejos y encantadores tiempos, y de no mirar al pasado del mismo modo.

Hace poco escuche una frase que me encanto realmente:
"Las cicatrices nos recuerdan donde hemos estado, pero no tienen por que decidir hacia donde vamos"

Pensé que este blog merecía un punto final, por que ninguna cosa buena merece quedarse a la deriva y para mi este espacio fue de gran deleite.

Es hora de volver a empezar, y quien sabe, posiblemente algún día encuentren navegando en algún mar lejano el barco que me lleva hacia esas nuevas aventuras que veo destellar en el horizonte.

A todos ustedes, muchas gracias por su cariño y atención.

Silvia, la enamorada del viento.

;;